Friday, December 25, 2009

Navidad con la Tia Magos

Ayer, Diciembre 23, debido unos billetes de juguete que había en la piñata de la posada la que fuimos, recordé, creo, una de las partes mas memorables de mis navidades cuando era niño.

Todas las navidades (excepto una o dos ocasiones excepcionales) de mi niñez y juventud, las pase en casa de mi tía Magos, hermana de mi abuelito Antonio. Durante todos esos años una buena parte de la descendencia familiar Mejía Cervantes se reunía para celebrar la navidad. Primero en una casa en Coyoacán (que ahora es un restaurante) y después en Tepepan. Estas celebraciones de Nochebuena comenzaban por ahí de las 9 o 10 de la noche y duraban por ahí de las 3 o 4 de la mañana.

Mis primeros recuerdos son de que, con un sueño que me dominaba, escuchaba a mi madre decirme que me quedara despierto para las rifas. Yo por alguna razón entendía 'rifles', y me imaginaba alguna clase de tiro al blanco, y cual desilusión que los dichosos rifles nunca aparecieron.

Pero un poco mas grande comprendí el asunto de las rifas, y mas importante el asunto de la formación y repartida de dinero.

Los hombres mayores de la familia, en ese entonces ya abuelos, se ponían en distintas partes de la casa, con monedas. Pero era un misterio en donde exactamente estaban o quien empezaría. Entonces al saberse quien sacaba las monedas primero, todos los hijos/sobrinos y nietos, se formaban detrás del abuelo a pedirle monedas. Después otro abuelo en otro cuarto empezaba a repartir dinero también. Entonces había que ir de un cuarto a otro persiguiendo a quien repartía dinero en ese momento. Eventualmente el dinero se acababa, pero siempre había la sorpresa de una bolsa extra escondida

Según la insistencia, carisma o trampas de cada quien (las mujeres parecían siempre obtener mas), era posible formarse varias veces con el mismo abuelo, o por supuesto obtener un poco extra del abuelo de cada quien.

Al final de todo el relajo había que contar el dinero para ver quien había juntado mas. Y ahí venían ahora si las rifas. Todos podíamos, si así lo deseábamos, usar ese dinero para 'comprar boletos' de una rifa de cosas o del mismo dinero. Entonces se traba de decidir si arriesgar ese dinero que habíamos obtenido para obtener algo mejor, o perderlo todo....

Pasaron los años hasta que por fin, les tocaba el turno a mi papa y sus primos. Recuerdo bien esa primera vez, que mi padre platicaba con su hermano respecto a que tenían que ir al banco a obtener monedas para poder repartirlas. Y mas que nada la sonrisa en la cara de mi padre y des sus primos cuando , ahora, a ellos, les tocaba repartir el dinero, y victima de los gritos y jaloneos de sus sobrinos y sobrinas....

Naturalmente, la familia fue creciendo, y con ello mantener la gran fiesta navideña ya no fue posible. Cada familia comenzó a hacer sus fiestas por separado, y los abuelos, tristemente, dejaron de estar presentes conforme los malos de la edad los alcanzaron. No se si la familia Vázquez Mejía continúe con la tradición.

Aunque los regalos y la comida siempre son parte de la celebración navideña en México, ahora acercándome a mis 40s, creo que no recuerdo claramente que regalos recibí, o que comí. Pero el momento en la noche en la que nos formábamos para llevar a cabo esta tradición familiar, es lo que recuerdo claramente.

Hoy pienso, que no hubiera estado mal que en algunos años, a mi me hubiera tocado repartir las monedas....

No comments: